Es bueno tener amigos que nos comprendan, ya que cualquier idea puede crecer y hasta convertirse en realidad. Los niños buscan la compañía de sus pares porque el juego compartido es parte del desarrollo y la socialización.
Esta historia nos habla de la amistad, de la comunicación que establecen dos pequeños desconocidos desde sus balcones en una ciudad que ha debido replegarse. Y de cómo su entusiasmo puede despertar la solidaridad entre los vecinos.